Al entrar en la sala habilitada para la entrevista, Natalia de Molina desprende una inocencia atípica en una actriz joven que vive su momento más dulce. En el hotel Room Mate Lola tuvimos la oportunidad de charlar ayer con ella, encargada de presentar junto a Javier Gutiérrez la gala inaugural del Festival de Cine de Málaga 2016. Una responsabilidad a la que se enfrenta nerviosa: ‘Soy súper tímida, espero hacerlo bien’, afirmaba nada más empezar. El Festival le sirvió de trampolín durante su pasada edición gracias a la presentación de ‘Techo y comida’, le película con la que ganó el Goya a Mejor Actriz. ‘Cuando me llamaron para ofrecérmelo me sentí muy afortunada. Es un reto que me apetece hacer’.
Sobre sus comienzos, la actriz asegura que el esfuerzo y el trabajo duro son las claves para alcanzar el éxito. ‘Yo era muy rebelde y me vine a estudiar aquí a Málaga y desde entonces no he parado’, confiesa. Natalia de Molina está todavía asimilando todo lo que ha sucedido durante el último año. ‘Ha sido una vorágine de cosas buenas y espero que no acaben nunca’. La película dirigida por Juan Miguel del Castillo la ha marcado profesional y personalmente: ‘Era un papel muy difícil. Una semana antes del rodaje conocí las localizaciones, hablé con la gente y planeé a conciencia los rasgos de mi personaje. Cuando gané el Goya no me lo esperaba, no tenía nada preparado, y así salió después el discurso’, admite entre risas. Respecto al famoso gafe de los premiados, afirma no haber sentido nada parecido: ‘El verdadero gafe es que el desafortunadamente vivimos todos en España’.
Su último proyecto, ‘KIKI: El amor se hace’ (de la que ya te hablamos), se ha convertido en un éxito rotundo en taquilla.‘Trabajar con Paco León ha sido todo un regalo. Al final de cada día de rodaje nos quedábamos con ganas de más y más. Era una pasada grabar con él, nos teníamos que contener la risa en la mayoría de las escenas’ Respecto al modo de grabar la comedia, la actriz, que interpreta a una joven con unas extrañas filias sexuales, relata lo especial de cada toma: ‘No teníamos un texto fijo. Simplemente nos contaban la situación y nosotros teníamos que improvisarlo todo. Reconozco que el primer día pensé que lo haría fatal’. De los paralelismos con su personaje asegura entre risas no tener ninguna filia sexual extraña: ‘Hay cada cosas por ahí que alucinas, a lo mejor un día la descubro, pero de momento no’.
La actriz es además algo supersticiosa con respecto a sus proyectos profesionales: ‘No me gusta hablar de con quién me gustaría trabajar. Creo que si lo digo nunca lo lograré’.
Sobre la elección de los proyectos en los que trabaja, Natalia señala: ‘Siempre que elijo lo próximo que haré tengo que estar muy segura de ello, aunque después siempre tenga miedo a hacerlo mal. Esa adrenalina es lo que me hace disfrutar de todo lo que hago’.
En el horizonte se encuentra el estreno de ‘Los del túnel’, una comedia que se estrenará en otoño y que protagoniza junto a Arturo Valls y Gonzalo del Prado, entre otros: ‘Está hecha bajo el mando de Pepón Montero (Camera Café). La gente se va a reír mucho’.
El ‘peso’ de la fama no está empañando la carrera de la actriz, que admite no sentir todavía la presión del reconocimiento: ‘No me suelen parar mucho, sigo pudiendo caminar por ahí sin que me paren todo el rato. Y cuando lo hacen me siento bastante sorprendida’. La mejor recompensa es el cariño que recibe, sobre todo el de su familia: ‘Una de las cosas más bonitas que pueden pasarte es ver a los tuyos disfrutando de lo bueno que te pasa. Hacerlos sentir orgullosos a cada paso que doy. Es lo que más valoro de mi profesión’.
Por Pablo Collantes (Síguelo en Twitter en @pablovaliant)