Rodrigo Cuevas vuelve a Inverfest para cerrar su gira «Trópico de Covadonga». Agitación folclórica y electrónica, divismo de campo y humor, erotismo elegante, hedonismo y celebración de los derechos innegociables. Hermosas coreografías contemporáneas, una puesta en escena que aúna elementos vintage junto con vídeo proyecciones y un vestuario que no dejará a nadie indiferente se conjugan en una fórmula que sólo él logra plasmar.
Rodrigo Cuevas (Oviedo 1985) es un artista total. Total porque su estrella brilla populista y por entre los arrabales de la contracultura, total porque su autenticidad desenmascara a cualquier tipo de impostura. Rodrigo Cuevas es un fenómeno de las artes escénicas lo mismo que de la comunicación en su más vasto sentido, cuya repercusión, crecimiento y desarrollo profesional, continúa en una progresión sostenida y sólida. ¿Que cómo se conquista a la vecina del quinto mientras que se enamora al hipster, que cómo se eclipsaal parado de larga duración mientras se angeliza a la draq queen? ¿Cómo es posible conectar con el último madreñero y con la moza que iba para punk? Pues porque estas cosas no atienden a razón, porque estas son las cosas del querer.
Rodrigo Cuevas es cantante, compositor, acordeonista y percusionista. Difícil hallar equivalente cuando sus intereses artísticos apuntan a ramo de flores de colores. Presenta su tercer trabajo «Trópico de Covadonga» que nos descubre a un Rodrigo Cuevas menos cabaretero que centra su energía en cantar como los ruiseñores, en danzar como las estrellas de mar y en hilvanar un show que nos eclipsa tanto por su categoría musical como por su estética y por su impronta discursiva.