Con la trayectoria meteórica que la ha llevado en apenas un año y medio a lo más alto de las listas de éxitos en España, podría dar la sensación de que Lola Índigo está viviendo un sueño. Lo que a veces también implica dejar de tener los pies en la tierra. Lejos de esa realidad de artista fugaz, Miriam Doblas parece no haber olvidado de dónde viene y a dónde quiere ir.
Antes de arrancar su show en Granada el pasado viernes, la bailarina cedió ese espacio, el escenario del Palacio de Congresos, a colegas de profesión para que durante cerca de media hora mostrasen al público sus coreografías. Jóvenes de todas las edades, algunos que se subían por primera vez a un escenario de tal magnitud, para lanzar un mensaje que se repite como un mantra en cada uno de sus conciertos. Querer es poder. Y tras este preámbulo que ayuda a entender cómo está sacándole partido a su éxito Lola Índigo, la cantante y su grupo de cuatro bailarinas ofrecieron por primera vez al público los temas de ‘Akelarre’, el primer álbum de su carrera.
Si hay un indicador que defina la validez de un producto, ese es el aplauso del público. Y también sus gritos. El recinto vibró con cada uno de los temas de una artista que parece estar empezando pero que ha sabido, en realidad, esperar su momento. Asesorándose detenidamente, dándole forma a un producto que se ajusta a lo que ella quiere ser y transpirando algo que a veces no suele ir de la mano de lo que supone ser concursante de ‘Operación Triunfo’: libertad.
En sus letras, feminismo. Apuesta, clara, por la mujer. Sin mucha transgresión, pero con mensajes claros. Consignas de empoderamiento. Y fuerza. Mucha fuerza. El disco de Lola Índigo demuestra que ha sido capaz de producir no uno ni dos ni tres éxitos de esos que no quieres parar de bailar. Ha hecho un disco completo. En la gran mayoría de ellos, Lola no baila sola. Está acompañada de productores y cantantes que bombean la industria del reggaeton en nuestro país. Maikel Delacalle, Lalo Ebratt o La Mala Rodríguez, entre otros.
Temas pegajosos, con momentos en los que a veces cuesta coger aire, coreografiados al detalle para crear un espectáculo visualmente muy atractivo. Una vez presentado el disco, y al contrario que en su primera gira tras salir de ‘OT’, Lola se despide del público. Esa noche solo se oyen temas suyos. «Volveré pronto a hacer una hora y media de concierto y cantar de todo. ¿Queréis?». Reta al público la artista. Y en las butacas, ganas de más. Su camino aún, está por escribirse.