Las pieles cambian. Las pieles se operan, se transforman. La apariencia física no es nada.
Ha llegado el día. Eduardo Casanova irrumpe hoy en cines con ‘Pieles‘, su primer largometraje. Avalado por el beneplácito de Álex de la Iglesia, el metraje aborda la exclusión social en torno a los defectos físicos. Una sórdida crítica revestida de rosa en la que cada uno de sus protagonistas se muestran deformados por fuera y por dentro.
Aunque a priori no puede parecerlo, ‘Pieles’ está más cerca de nosotros de lo que pensamos. La cinta sigue la historia de personas físicamente diferentes que, por este motivo, se han visto obligadas a esconderse, recluirse o unirse entre ellas. Relatos incómodos con un elenco dorado, enntre el que destacan Ana Polvorosa, Candela Peña, Carmen Machi o Macarena Gómez. Casanova logra plasmar la crudeza y lo absurdo del ser humano. Relucen, incluso más, sus actores menos reconocibles: Itziar Castro o Ana María Ayala.
Sus aciertos, un contraste visual entre lo desagradable de sus protagonistas y el estigma de sus colores, el hecho de contar historias entrelazadas entre sí con un denominador común y la naturalidad con la que aborda la parte más intrínseca de nosotros mismos. Como precedente, el corto ‘Eat my shit’, con Ana Polvorosa y su boca en forma de culo, con el que Eduardo ya logró hacerse con un sello propio.
La parte argumental de la cinta, el hilo conductor, se difumina en ocasiones con un guión al que le fallan las fuerzas a medida que avanza la trama. Un escenario superfluo que desengancha de la realidad. Pese a algunas carencias, la ópera prima de Casanova marca el inicio de un camino prometedor en la industria. Dice mucho de lo que somos y de los que nos atormenta. Nos retrata sin caricaturizarnos. Al tiempo que nos hiere, la película deja un poso amargo de fascinación por la creación humana.
Una propuesta fresca, que trata de escapar de lo comercial dentro de un circuito que promete auparle a las alturas. Un colchón confortable que le pasea de un lado a otro. Se agradece que el cine español avance hasta otras dimensiones y conquiste nuevas latitudes. Su éxito, más que en la crítica, residirá en el público. En calar y dejar huella. En arrancar el aplauso y revolver el estómago. Todo será cuestión de piel.