«¿Qué pasará cuando caiga el último pétalo?»
«El amo será una bestia para siempre».
«Y nosotros nos convertiremos en antigüedades».
La sublime música de Alan Menken y Howard Ashman se apodera de la sala. Sientes que estás a punto de ver una historia que ya conoces, Disney dejó claro en sus adelantos que la versión más humana de ‘La Bella y la Bestia’ sería fiel a la película animada de 1991. Y aun así, te conmueve, te emociona. Bill Condon nos ha regalado una rosa, una película elegante y bella con algunas espinas.
Las notas evocan tus recuerdos, y la magia florece. Emma Watson parece estar hecha a medida para interpretar a Bella. La actriz, conocida más allá del mundo cinematográfico por su activismo feminista, da vida a una Bella aún más desafiante, valiente e inteligente.
La piel de los actores no es lo único que da humanidad a la película. La historia te guía a la esencia de los personajes, la superficialidad se supera no solo en los protagonistas, sino también en los secundarios. El pasado cimentará la relación de Bella y Bestia. Tras conocer algo más que sus fachadas y conectar a través de la literatura, sus mundos interiores salen a la luz.
Por el contrario, la conexión entre la digitalizada Bestia y el espectador no parece ser tan buena. Bestia desentona un poco con el conseguido realismo del metraje. Sabes que Dan Stevens está ahí, porque reconoces sus ojos en Bestia, pero puede que no termines de sentir que el personaje está del todo logrado y algunas de sus escenas abruman.
En su conjunto, ‘La Bella y la Bestia’ puede presumir de un impresionante trabajo técnico y artístico. Algunas escenas, como el número del festín para Bella, son toda una veneración al clásico de animación. Los sirvientes de la fortaleza conquistan la gran pantalla, robándote más de una risa a lo largo de toda la película.
Sin olvidar a las estrellas que hay tras esos objetos mágicos, como Emma Thompson o Ewan McGregor, sin duda alguna hay que destacar entre el reparto a Josh Gad, quien encarna a un LeFou más cautivador. El personaje que era inevitablemente odioso, acaba ganándose al público, para empezar, por plantarle más cara al engreído de Gastón. Realmente, lo más especial es que es el primer personaje oficialmente homosexual de Disney. El propio Bill Condon elogió la actuación de Gad, quien ha sabido transmitir al público cómo LeFou va dándose cuenta de sus sentimientos, y protagoniza un momento romántico, elegante e incluso tierno.
‘La Bella y la Bestia’ es una película que abandera la igualdad y te recuerda que a pesar de los progresos, aún hay mucho atraso que enmendar. En Malasia, por ejemplo, hay estrictas leyes contra la homosexualidad, los personajes gays no pueden aparecer ni en series ni en películas, por lo que se pidió la eliminación de determinadas escenas. Una petición que Disney rechazó. Por su parte, Emma Watson sugirió varios cambios para su personaje y Bella ha sido más Bella que nunca.
La historia es un clásico cuento de hadas con aires de tiempos modernos. Su rosa perdura, se adapta, y sobre todo, conserva su aroma a magia.