Lograr que Esperanza Aguirre haga un camelo en tu película no debe ser fácil. Víctor García León ha esperado cerca de 10 años para volver a la gran pantalla con una historia fuera de lo común. ‘Selfie’, que ha logrado hacerse hueco en el Festival de Málaga, tiene una trama rápida, centrada en la figura de Bosco, el hijo de un ministro que es imputado por corrupción, una situación que hace que el joven se tope bruscamente con una realidad que hasta entonces desconocía. Se dibuja así como una amplia crítica política, con estereotipos marcados, tanto a la derecha como a la izquierda. ‘Selfie‘ invita al espectador a reflexionar sobre las vertientes ideológicas, desde la más profunda derecha hasta la izquierda más de calle.

Entre un acto de Podemos y un mitín del PP en Talavera de la Reina, Bosco aprende a sobrevivir en un piso compartido con gente a la que le separa su forma de entender el mundo. «Yo respeto mucho a los negros», espeta Santiago Alverú frente a la cámara, presentando la cinta a modo falso documental. El actor resuelve con eficacia cada plano y despunta con reflexiones, tan ingenuas como singulares, sobre la vida misma. Su carácter evoluciona y finalmente adopta una postura más conciliadora con el mundo que le rodea. Acostumbrado a una vida más edulcorada, fiel reflejo de una familia acomodada, espera que la suerte le acompañe y le devuelva pronto al mundo del que un día lo expulsaron.

La cinta mezcla lo político con lo social, acercándose a la discapacidad, la inmigración o la integración, mostrando los estereotipos vigentes a diario. La realidad contamina la ficción. Tanto, que muchas de las localizaciones en las que se mueve la película son reales. Pablo Iglesias, Ada Colau e incluso Mariano Rajoy aparecen también como figurantes de una comedia con un trasfondo inusual.