Es asombroso: el ser humano «acaba» de llegar a este mundo, y está acabando con él a una velocidad infinitamente mayor a la que se ha desarrollado. Si la historia de La Tierra, 4570 millones de años, se expresara en la duración de un solo año, nosotros aparecemos en los últimos segundos del 31 de diciembre. Más sorprendente resulta pensar que en los últimos 200 años, la contaminación se ha incrementado tanto como para empezar a hacer temblar el planeta. Parece obvio que tenemos que remediar el desastre que estamos ocasionando, o al menos impedir que se incremente.

Desde este punto de vista, Leonardo DiCaprio intenta concienciar a todo aquel que vea el documental ayudándose de su papel como Mensajero de la Paz de las Naciones Unidas. Partiendo del rodaje de su última película, El Renacido, y ejemplificando con ella la acción del hombre sobre la naturaleza desde la época en la que se ambienta hasta la actualidad, el actor emprende un viaje por todo el mundo en busca de ejemplos de las consecuencias del cambio climático. Visitando bosques dedicados a la explotación forestal, antiguos glaciares que se han derretido o selvas arrasadas que han muerto junto con sus animales, Leo descubre una serie de conductas contraproducentes que estamos llevando a cabo, como el uso de combustibles fósiles, nombrar políticos que prefieren buscar soluciones a corto plazo (incluso negar la existencia de la contaminación),intentando evitar pensar en el problema al que nos enfrentamos…

Es cierto que se han rodado miles de documentales previos a este que explicaban lo mismo que Before The Flood. Sin embargo, el poder mediático que supone la participación del protagonista de Titanic en el mismo es un facto clave para su difusión y alcance, aunque es triste que a veces haya que recurrir a herramientas así para difundir un mensaje tan importante. Además, DiCaprio se entrevista a lo largo de la producción con figuras con gran poder como Barack Obama, Ban Ki-Moon o el Papa Francisco.

Before The Flood es un grito de auxilio hacia aquel que niega las evidencias del cambio climático en su medio de comunicación a cambio de un mejor salario, pero también para el ciudadano de a pie, que puede aportar su granito de arena haciendo un consumo responsable de los bienes o limitándolo, como en el caso del aceite de palma por ejemplo.

Está claro que si alguien puede revertir esta situación, somos nosotros. Realizando un buen uso de los recursos e impulsando nuevas tecnologías, podemos conseguirlo. La primera pregunta no es si estamos a tiempo de salvar el planeta, sino: ¿vamos a hacerlo?.

Por Álvaro González